domingo, 4 de julio de 2010

PROCLAMA DEL 4 DE JULIO (DÍA DE MI CUMPLEAÑOS)

Hoy es 4 de julio, fecha de mi cumpleaños, y estoy rodeado de ironía simbólica. Cumplo años en una fecha en la que el país que está a punto de invadirnos celebra su independencia con festividades y fuegos artificiales. Esta ocupación militar cuenta con el aval del gobierno cobarde que supuestamente representa los intereses de mi pueblo.

No sé como celebrar mi cumpleaños en esta irónica fecha, cuando un puñado diputados pusilánimes y antipatrióticos han entregado nuestro futuro a fuerzas militares extranjeras, sin previa consulta a sus representados. ¿Cómo celebro mi cumpleaños en un país a punto de ser invadido?

Debo dejar claro de una vez por todas que este gobierno no me representa, y tengo plena seguridad que el gobierno actual, al igual que el anterior, defiende intereses hostiles a los valores costarricenses, así como fomenta la violencia, la militarización, el engaño, la impunidad, etc.

Con lo anterior, una vez más queda al desnudo el mito de la democracia costarricense, mostrando como los políticos que deberían ser representantes de los costarricenses se comportan como más voraces e impetuosos enemigos del pueblo.

El gobierno nos miente descaradamente al decir que los Estados Unidos van movilizar toda una fuerza de tarea naval, de tipo militar, a nuestro país para enfrentarse al narcotráfico. ¿Acaso creen que somos idiotas? Dónde está la proporcionalidad de fuerzas. ¿O es que acaso los carteles de la droga cuentan con sus propias fuerzas militares con submarinos nucleares, vehículos blindados, artillería pesada, misiles tierra-aire, baterías antiaéreas, cazabombarderos, etc.? Sabemos que a EEUU le gusta comenzar a pelear sus guerras de forma asimétrica, presionando botoncitos desde ubicaciones remotas, usando aparatos de alta tecnología que no permiten que sus enemigos les vean la cara, como si la guerra fuera un Playstation, pero la capacidad estratégica que pretenden crear desde nuestro país no se justifica como dispositivo de control para el narcotráfico.

Los combates entre las fuerzas policiales de México con los Zetas y los carteles del narcotráfico, son un buen caso de estudio para evaluar los recursos técnicos y tácticos con los que cuentan las bandas internacionales del crimen organizado. El material recobrado posteriormente a los enfrentamientos son sólamente fusiles de asalto y lanzacohetes. Lo anterior, en términos militares es armamento sumamente humilde, y no presenta ninguna amenaza estratégica. ¿Justifica el armamento casi nulo de los narcotraficantes la desproporcionalidad de traer hasta un portaaviones al país? El contingente militar que va a alojarse en Costa Rica no es una fuerza de carácter policial, es una fuerza de combate. Juzguen ustedes mismos.

Nos dicen que es una decisión para ampliar el patrullaje conjunto antinarco…falso. Alguien puede decirme como puede llamarse “patrullaje conjunto” al evaluar la asimetría entre las embarcaciones de Guardacostas costarricenses y la flota de tarea de la Marina que pretenden instalar los Estados Unidos en nuestro país. Es ridículo. En esos barcos no vienen policías, sino más de 7000 efectivos de combate de la infantería de marina. Doña Laura Chinchilla nos trata de forma irrespetuosa, como si fuésemos un pueblo de ilusos, al decirnos que esto no va a provocar la militarización de nuestro país.

El gobierno insiste en el engaño, describiendo como vendrían las fuerzas militares extranjeras con ayuda humanitaria, para colaborar en desastres naturales, construyendo escuelas, hospitales, etc. Podemos remitirnos a los casos de Irak y Afganistán, para estudiar detalladamente con pruebas fehacientes lo que EEUU considera una reconstrucción, un régimen democrático, respeto a los derechos humanos, etc.

Tanto el gobierno de los Estados Unidos así como el de Costa Rica nos pretenden presentar el problema del narcotráfico de forma fraudulenta e hipócrita, como si fuese solamente un asunto policial. Esto les permite justificar acciones policiales ineficientes que tienen otros propósitos ocultos, como la estrategia militar y la geopolítica. Tratan de enmascarar la realida, en la cual sees evidente que el fenómeno del narcotráfico se alimenta de la adicción, y que la adicción es un asunto de salud pública, no un asunto policial. Si el problema a resolverse fuese el narcotráfico, enfocarían sus esfuerzos en el tratamiento y la educación, sobre todo si tomamos en cuenta que EEUU es el mayor consumidor de drogas del mundo. Aquí en Costa Rica a nadie en el gobierno le interesa parar el narcotráfico, ya que la legitimación de sus capitales es un negocio sumamente rentable para la banca internacional. Si esto es en pequeña escala, le llaman lavado de dinero o legitimación de capitales, pero en gran escala solamente lo llaman “inversión”.

Que no nos engañen. Lo que viene a nuestro país es una fuerza de ocupación militar, y es el primer paso para instalar bases militares permanentes en nuestro país. Desde el gobierno de Abel Pacheco, se ha venido insistiendo con el establecimiento de una presencia militar estadounidense en el país, de tipo permanente. Esto se evitó en el pasado al vencerse por la vía de la presión popular la iniciativa estadounidense de instalar la ILEA en Costa Rica (Base militar estadounidense disfrazada de Academia Policial Internacional, sucesora de la SOA “Escuela de las Américas”)

Con una presencia militar permanente de fuerzas estadounidenses, el país estará en grave riesgo de sufrir ataques por fuerzas beligerantes contrarias a los intereses norteamericanos. Lo anterior eliminaría cualquier posibilidad de pronunciarnos a favor de la neutralidad, y consecuentemente fomentar la paz y el diálogo. Esto significa que durante cualquier conflicto militar regional, el territorio costarricense sería utilizado para que fuerzas militares estadounidenses ataquen objetivos en países vecinos. Evalúo lo anterior como un riesgo grave, ya que el país que pretende instalar sus fuerzas de combate en nuestro país tiene múltiples enemigos alrededor del mundo.

En momentos de coyuntura histórica como esta, las palabras seguridad, paz, libertad y democracia no deben volverse fetiches lingüísticos. El gobierno las utilizará de forma engañosa para intentar convencer a la población que la presencia militar de EEUU es un mal necesario. Esas mismas palabras fueron utilizadas por el gobierno de George W. Bush para justificar las invasiones de Irak y Afganistán.

El gobierno tiene miedo, y por esta razón avala la presencia militar estadounidense en territorio costarricense. Es un gobierno cobarde que representa los intereses de oscuros grupos económicos, los cuales han demostrado ser hipócritas, manipuladores y fraudulentos. Estos grupos económicos tiemblan del pánico ante la posibilidad de que un pueblo digno y valiente les pase la factura por los errores de su pasado, por la hipocresía desalmada con la que han gobernado las últimas dos administraciones, por la guerra que le han declarado a la naturaleza y por toda la serie de promesas vacías y mentiras maliciosas que han propiciado.

Por esta razón, amparándose en la excusa de la lucha contra el narcotráfico, el gobierno justifica la ocupación de nuestro pequeño país sin fuerzas armadas propias, por una fuerza militar extranjera. Lo que pretenden estos personajes de alma servil es utilizar tropas extranjeras para proteger sus intereses, si siguen llevando a un pueblo valiente hacia el límite de su tolerancia. Esto lo hacen porque ellos saben que ningún costarricense digno va a mover un dedo por defenderlos, y prefieren consolidar su seguridad poniendo en riesgo a nuestro país. También quienes han avalado la ocupación militar de nuestro país, saben en caso de crisis, para investigar, reprimir y castigar, contarán con tropas extranjeras que han demostrado no tener respeto por los derechos humanos, nuestra soberanía, nuestros valores ni nuestras vidas. Esto contiene un agravante de importancia… que se le está entregando completa inmunidad legal en nuestro país a una fuerza militar que es conocida internacionalmente por su conducta criminal e inhumana.

El gobierno actual sigue fielmente la tradición del gobierno anterior, comportándose como un cáncer para la democracia, representando la mayor amenaza para nuestro país, poniendo en riesgo nuestra seguridad y nuestro futuro una vez más. Ahora pretenden sostenerse en el poder por la fuerza, porque saben que su discurso está caduco y sin credibilidad. Lo diputados que aprobaron la ocupación militar de nuestro país no lo hicieron para combatir el narcotráfico, sino servir a los intereses nefastos que podrán utilizar en el futuro a fuerzas militares extranjeras para vigilar y castigar a costarricenses orgullosos que cometan el delito de pensar o el pecado de resistir.

Hoy, día de mi cumpleaños, experimentando un pasaje oscuro de nuestra historia patria, me regalo a mí mismo el honor de comportarme como un costarricense digno, recordando la Campaña Nacional de 1856. Durante dicha gesta, el pueblo costarricense luchó valerosamente contra fuerzas estadounidenses, venciendo y expulsando por la vía militar a las tropas filibusteras. Esas mismas fuerzas que pretendían llevarnos hacia la miseria y la esclavitud siguen vigentes como amenaza hoy, y los más descarados filibusteros se encuentran en la Asamblea Legislativa, recibiendo sueldos que pagamos los costarricenses.

Por el honor de los costarricenses, por la paz de las futuras generaciones, y por los valores inquebrantables de un pueblo valiente que se ha quedado sin voz, declaro al actual gobierno de Costa Rica y a los oscuros personajes que manipulan la acción oficialista como ENEMIGOS DEL PAÍS.

Espero que a estos nefastos personajes anteriormente citados, sientan que las palabras aquí expresadas les queman como bombetas festivas del 4 de julio, o aún mejor, como simbólicos balazos de la Campaña Nacional de 1856, para recuerden que somos un pueblo decidido, valiente y con memoria histórica… para que los responsables de actual conflicto tiemblen como los seres rastreros y cobardes que son. ¡VIVA COSTA RICA!